domingo, 30 de noviembre de 2008

La ley de Murphy en la carretera

Básicamente, esta es la teoría conocida como la de la tostada que siempre se cae por el lado de la mantequilla, mermelada, chocolate, lo que sea que le hayas untado.
Muchas veces la he oído resumida en forma en que “si algo tiene probabilidades de salir mal, saldrá mal” y hasta hay libros desarrollando la teoría por profesiones.
En el mundo de la carretera, se podria decir que si te ha de pasar algo, accidente, averías, etc, siempre será lejos de tu casa, de noche, lloviendo y sin cobertura en el móvil.
Algo parecido como lo que me pasó de madrugada hace algún tiempo.
Reunía tooodos los requisitos para considerarla una demostración sublime de la ley de Murphy.
Circulaba por Francia, cerca de Tours en dirección a España. Autopista A-10 para mas señas. 0:30 horas. Llovía un poco. El camión cargado hasta los topes de cerveza Holandesa. El cuadro de mandos me informa de que todo esta normal, presión de acete, aire, temperatura, medio depósito de gasóil…..
En mitad del silencio de la noche, solo roto por el ronroneo del motor, la oscuridad de la cabina se tiñe de color Naraja. Sobresalto. ¿Que sucede? El ordenador me informa de que hay un error en el suministro de carburante, no llega gasóil a los cilindros. El depósito marca algo menos de medio depósito. ¿Se habrá estropeado la bomba? el motor suena bien. Rapidamente miro en el gps donde se encuentra el área de servicio mas cercana, algo sucede, no se lo que es y necesita atención. La salvación se encuentra a 8 kilometros delante. La velocidad esta cayendo en picado, pero con un poco de suerte igual conseguimos llegar despacito. Murphy se empeña en amargarnos la noche y el camión empieza a dar tirones. Espero que no sea que el camión se ha puesto a beber la cerveza de la carga. Pero no, la averia es evidente. El indicador de gasóil esta atascado y nos hemos quedado sin una miserable gota. Miro en la oscuridad con la esperanza de ver un reflectante de un poste sos, suelen ser ensanchamientos de arcén, parar donde estamos es sumamente peligroso, aun siendo ancho, el arcén no es suficiente. No tenemos suerte y aparto el camión justo cuando se nos para. No volveria a arrancar hasta varias horas después. El camión decidió dormir la mona de la cerveza.
Lo que pasó despues no tiene demasiada historia, muchas llamadas, despertar al jefe, la asistencia del seguro se negó a venir alegando que las autopistas francesas no tienen posibilidad de mandarme a nadie porque son privadas…. Hubo que caminar 2 kilometros bajo la lluvia en plena noche en una autopista.
Al final, como marca el reglamento, la concesionaria de la autopista nos mandó alguien con gasóil y pudimos seguir el viaje, no sin repostar en la primera gasolinera que vimos, eso si. Tardamos casi 5 horas desde que el camión se detuvo hasta poder seguir.
Si es que, este murphy cuando tiene el dia tonto……..

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