En la oscuridad de la noche, y sólo alumbrado por los faros de mi vehículo diviso en la lejanía lo que parecen ser 3 bultos en mitad de la carretera. Sólo atisbo "algo" que refleja. Según me aproximo, con cautela, distingo a 3 personas y en arcén derecho aparece un cartel:
Por un momento creo ver a Luke Skywalker blandiendo su espada láser. Mi gozo en un pozo, resulta ser un agente de la Guardia Civil, dándome el alto. Con mi coche casi parado, diviso en la derecha el coche patrulla, con las luces apagadas. Nocturnidad y premeditación, empezamos bien. También veo un turismo estacionado, con las luces interiores encendidas. Bajo la ventanilla y detengo mi coche. Se inicia la conversación:
Yo: Buenas Noches.
Agente: ¿Ha bebido algo?
Yo: Nada.
El agente, camina junto a mi automóvil e ilumina con su linterna los asientos traseros, que están desocupados. Los inspecciona visualmente unos segundos y vuelve a mi ventanilla. Se para otro vehículo detrás de mí.
Agente: Tienes cara de pirata.
Yo, Tras una millonésima de segundo de incredulidad: ..Pues...es la que tengo....
El Agente, tras lanzándome una mirada de las que perdonan la vida: ...Anda, tira.
Abandono el lugar, reflexionando sobre la escasa educación del agente (no meteré en el mismo saco a todo el cuerpo, ya que por mi profesión he tenido muchas experiencias que así lo demuestran) y me pregunto si en este caso particular sería el agente quien, aprovechando las fiestas patronales que terminaban esa noche, habría aprovechado la misma y se habría incorporado a su trabajo con alguna copa de más. Quizás a veces deberían hacerse la prueba ellos mismos antes de salir de caza. Lo que sí es seguro es que a mi jamás me pillarán en un control de alcoholemia. Si bebes, no conduzcas. Buena ruta.
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