Rotondas

Las rotondas. También llamadas Glorietas, redondas o como decía un compañero mío roTontas. Ese ser que invade nuestras calles y plazas, infatigable allí donde se la haga trabajar, siempre atenta, siempre ojo avizor. Parecen inofensivas, tan redonditas ellas (o elípticas como tenemos alguna en Huesca). Son relativamente nuevas en España, y a decir verdad han desempeñado un buen papel, son capaces de solucionar cruces conflictivos (a veces) o incluso son capaces de eliminar semáforos. Pero no todos sabemos circular por ellas. Sobre todo en las que tienen 2 carriles, pero ya hablaremos de eso. Hoy quiero hablar de la capacidad de minar nuestra paciencia, de la capacidad de minar nuestro estado de ánimo. Quizás una rotonda no suponga mucho, y con un coche aún menos. Pero hay que ver las cosas desde todas las perspectivas. Los orígenes de la rotonda están en Francia. Ellos ya tenían rotondas mucho antes de que nosotros llegáramos a instalarlas y mucho antes de que nuestro querido alcalde sembrara Huesca de las mismas. ¿Pero que ocurre, cuando en un tramo de poco mas de 5 kilómetros, te encuentras con 12 rotondas? y eso que ya dejas de contar por la desesperación. Rotondas urbanas, estrechas y con carril bici incorporadas que hace que circular con un vehículo de 16 metros de largo , 2,5 de ancho y 4 metros de alto, se convierta en todo un desafío.
El siguiente vídeo lo rodé en la localidad Francesa de Olorón-Sainte-Marie, como a unos 70 km (Creo que algo menos) de la frontera por el Somport. Los propensos al mareo que se tomen su biodramina reglamentaria.